Monseñor Loría está cumpliendo 50 años de sacerdocio

Carlos Monge
prensa@perezzeledon.net
Nacido en Tierra Blanca de Cartago, Loría fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1963 y, tras su paso por diversas vicarías y parroquias, fue designado como tercer obispo de San Isidro de El General el 31 de julio de 2003 por el papa Juan Pablo II.
Asumió la posesión de la Sede Episcopal el primero de octubre de ese mismo año 2003, en sustitución del retirado obispo Ignacio Trejos. Ambos fueron precedidos por monseñor Delfín Quesada, el primer obispo de la Diócesis de San Isidro de El General, erigida por el papa Pío XII el 19 de agosto de 1954, mediante la bula “Nenimem Fugit”.
Directo, y sin ambages, este líder espiritual se ha caracterizado por sus vehementes llamados a quienes desempeñan cargos de orientación y mando a sobreponer la búsqueda del bienestar común, entre las clases menos privilegiadas, a los temores y los intereses personales.
Como cuando, en una sesión extraordinaria del Concejo de Pérez celebrada en agosto de 2002, para conmemorar el L Aniversario de la Diócesis de San Isidro de El General, recordaba a los regidores que “… el servicio político pasa a través de un dirigente y cotidiano compromiso, que exige una gran competencia en el desarrollo del propio ser y en la gestión desinteresada y transparente del poder”.
Así las cosas –les decía- para seguir con el pujante avance del cantón se debe aspirar a nobles ideales, libres de componendas politiqueras, que apunten transparentemente al bien de todos; y son las nuevas generaciones quienes se sentirán agradecidas por lo que reciban de nosotros”.
Ni la propia Iglesia ha escapado a su observación rigurosa, como cuando admitía, en Cartago, en julio del presente año, que la Iglesia vive una seria secularización, por la fuerte influencia del materialismo en la misma Iglesia.
Y en reunión con los comunicadores de Pérez Zeledón, con motivo de la fiesta de San Francisco de Sales, Obispo, patrono de los escritores y los periodistas, les decía que, en su condición, son gestores indispensables de los cambios que se necesitan para una mejor convivencia, donde se defiendan los derechos y se promuevan los deberes que todos los ciudadanos deben cumplir.
“Ustedes, comunicadores, son gestores indispensables de esos cambios, no siendo cómplices de la pérdida de valores que han venido a dar al traste, no solo con la fe, sino con la forma de vida de nuestra sociedad”, expresaba.
“No podemos callar ante las injusticias, ante los deseos de unos pocos de tener más, a costas de los que menos tienen. Tampoco podemos callar, ni pueden ustedes, específicamente, callar, cuando la corrupción ha penetrado el corazón de nuestras más amadas instituciones, y ha dañado también seriamente hasta el mismo valor de nuestra democracia. Tampoco podemos, ni pueden ustedes callar, cuando está en serio peligro la promoción y la defensa de la vida humana, y la institución misma del matrimonio entre hombre y mujer. Estos son valores no pueden negociarse”.
Este hombre de claras convicciones y de lucha constante, nació en Tierra Blanca Cartago el 19 de noviembre de 1937.
- Una vez completados sus estudios teológicos y filosóficos en el Seminario Central de San José de Costa Rica, fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1963.
- Realizó estudios de especialización en el Instituto de Sociología Pastoral de la Universidad Gregoriana de Roma, del año 1964 a 1967.
- Asume el pastoreo de la Diócesis de San Isidro de El General el día 01 de octubre de 2003.
- Vicario Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, Juan Viñas, y de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles.
- Director de la Escuela Social Juan XXIII.
- Vicario Parroquial de Curridabat, San José
- Profesor de Sociología y Doctrina Social de la Iglesia en el Seminario Central de San José.
- Secretario de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
- Párroco de San Antonio de Padua, Curridabat.
- Vicario Foráneo.
- Profesor Tutor del Instituto Costarricense de Teología Pastoral.
- Párroco de San Vicente Ferrer en Moravia, San José.
21 diciembre, 2013